DISCAPACITADO DE PINCHOS POR SALAMANCA Tengo 28 años, de los que llevo todos en silla de ruedas, soy salmantino (charro) y me encanta salir de pinchos por mi bella ciudad, aunque no me lo ponen nada fácil.
En invierno es más complicado, pero en primavera y verano con la presencia de las terrazas, las barreras arquitectónicas disminuyen mucho y me encanta aprovechar esta época.
Pero, este pasado 12 de Abril, en mi propia ciudad me sentí vejado por mi discapacidad… Estaba colocándome en una de las mesas de la terraza de “La Platea”, ya que debido a 2 ocurrentes escalones me es imposible acceder a su interior y un amigo que me acompañaba se ofreció a ir en busca de las deliciosas viandas que nos esperaban cuando el camarero de la terraza nos invitó a marcharnos, ya que los pinchos se debían tomar en el interior del local…
Ya que el local carece de rampa para acceso a sillas de ruedas le solicitamos amablemente que nos permitiera tomar el aperitivo en la terraza, ya que no podía pasar al interior del bar y su contestación fue muy reveladora: “No es mi problema”. Lo intentamos nuevamente con amabilidad, explicarle la situación pero no sirvió de nada.
Le solicitamos la presencia del encargado y le informamos que tomaríamos medidas legales además de fotografiar los benditos escalones, ante lo cual se metió en el interior, no sin antes decir que “para estas bobadas voy a llamar al encargado”.
Muy amablemente nos sirvieron en “la casa de la morcilla” uno exquisitos de sus manjares, en la terraza contigua y el encargado de “la platea” no se dignó a aparecer…
Si el ayuntamiento autoriza a por poner una terraza, con ello se asegura el derecho de los clientes a sentarse en las mismas y a su disfrute, ¿por qué mi silla de ruedas se queda en lo que siempre ha sido?: MI PROBLEMA.
Fdo: Javier. M